Por alusiones, me veo en el deber de contestar al artículo que Ángel Martín Oro (a_martinoro) publica en inBestia el día 2 de Julio. En primer lugar, agradecer a Ángel el desarrollo y datos que aporta en su excelente exposición. En el siguiente enlace se puede leer íntegro.
Aumentan las alertas sobre el riesgo de recesión en China
En mi humilde opinión, algo desafortunado el título mencionando la palabra “recesión” en una economía que creció en el primer trimestre del año al 7.7%, por mucho que los datos como apuntan varios sean “inventados”. Aunque así fuera, y no soy quién para estimar cuál sería la tasa real, podría situarse en un caso muy extremo quizá en el 5%. Hablar de caída del crecimiento con esos niveles no me parece apropiado.
Hace algunos años, analistas de prestigio con abundantes medios como Goldman Sachs o PricewaterhouseCoopers estimaban un PIB del 6% y 5.5% en 2012 respectivamente, algo que ahora parecería un colapso total, pero que en ese momento eran más que razonables.
Sobre éstas y otras estimaciones escribí un artículo para Global Asia, también reproducido en mi web:
China camina hacia el liderazgo de la economía mundial
Prácticamente pasé todo el año pasado negando que se produciría un “hard landing” o aterrizaje forzoso de la economía china, como así finalmente sucedió.
En cualquier caso, como Ángel se centra en la deuda y más concretamente, en el fuerte crecimiento de la deuda privada, voy a dar mi visión al respecto. Efectivamente, yo soy el primero que critico el hecho de no disponer de fuentes oficiales de estos datos representa un gran inconveniente. Varios analistas han realizado estimaciones de la deuda privada, al igual de lo que representa el conocido “shadow banking”, pero son aproximaciones que por supuesto podrán ser más o menos acertadas.
Como suele suceder con la enorme mayoría de datos macroeconómicos que se publican, incluyendo PIB, exportaciones y un largo etcétera, las críticas son constantes. Si resultan ser malos, por supuesto son correctos y China se encamina al abismo. Por el contrario, si son datos favorables, entonces no cabe duda de que son “inventados”.
Sobre esto punto también tengo mi opinión personal, que expresé hace más de un año en Euribor, que reproduzco a continuación:
Personalmente, trabajo a diario con datos de una gran cantidad de países y he encontrado revisiones al alza y a la baja en países con gran tradición estadística como Estados Unidos que sorprenderían a más de uno.
Dicho esto y, a diferencia de otras ocasiones, no voy a entrar en un baile de cifras estimadas, ya que si hubiera alguna positiva claramente estaría “manipulada”, asumiendo la parte de credibilidad que corresponda a aquéllos que expone Ángel.
Por supuesto admito que la deuda puede representar un grave problema, que es precisamente lo que se ve ahora mismo en muchos países desarrollados, pero también depende del uso que se haga. Obviamente, no es lo mismo endeudarse para pagar los intereses de la deuda previa que para realizar proyectos de inversión.
Allí dónde las empresas no puedan conseguir financiación por las vías tradicionales, máxime debido en ocasiones a las limitaciones de bancos del propio gobierno, deberán a acudir al “shadow banking” u otras formas de financiación si quieren llevar a cabo sus proyectos.
Claro que también se critica que muchos de estos proyectos no son rentables y puede que existan algunos, pero es cierto que los niveles de inversión de los últimos años, sobre todo en infraestructuras, que es dónde ha ido a parar gran parte de esta deuda, son altos porque era necesario realizarlos. Mal que le pese a Ángel, que comenta que siempre todo lo atribuyo a la fuerte urbanización, comento algún dato significativo.
Entre el año 2000 y 2012 nada menos que 253 millones de personas han emigrado del campo a la ciudad y eso a pesar de que aún el gobierno tiene la capacidad de controlar el número de habitantes en zonas urbanas a través del conocido como sistema “hukou”.
Otro ejemplo más. Se ha creado una red de ferrocarriles, incluyendo alta velocidad, que actualmente tiene una extensión de más de 93.000 km, casi duplicando la longitud a inicios de este siglo. Sólo en 2011 transportó a más de 1,900 millones de pasajeros, de manera que está claro que había necesidad de realizar este tipo de obras.
Opino que si la deuda sirve para el desarrollo de un país que ha crecido al 10% en las tres últimas décadas no es algo tan perjudicial. Cuando menos, vuelvo a repetir, creo que es preferible aumentar la deuda en un país que crece, sea a ese ritmo “inventado” o a otro ligeramente inferior, que a uno completamente estancado o en recesión real y casi únicamente emite deuda para poder pagar los intereses y el principal de la anterior.
En cualquier caso, también se ve en la tabla comparativa que adjunta que la deuda pública en China está entre las más bajas del mundo. Cierto que puede no incluir aquélla de los gobiernos locales, pero aún así hablamos de niveles reducidos.
A continuación presento una tabla ordenada de la deuda bruta del gobierno según datos del FMI y la media en la última década:
Deuda del gobierno en porcentaje sobre el PIB
Comenta Ángel que comparativamente es el único país emergente en la lista de deuda total, pero no hay que olvidar que es actualmente la segunda economía mundial y que se convertirá en líder en los próximos años. Por supuesto que su renta per cápita es inferior a los desarrollados, pero es que partía de niveles muy bajos. En la década de los noventa los ingresos se multiplicaron por más de cuatro veces, lo mismo que ha sucedido a partir del año 2000.
Según él, para comparar la deuda sobre el PIB, no es lo mismo que el país sea muy rico o muy pobre. Lo que yo pienso y comento a menudo es que precisamente por ser un ratio sobre el PIB, si éste crece y más que la deuda o en la misma medida, obviamente dicho porcentaje se reducirá o se mantendrá constante respectivamente.
El problema real llega cuando los países entran en recesión, como sucede en la actualidad en la Zona Euro y, aunque la deuda no aumentara, el ratio continuaría subiendo. Pero no es el caso de China, dónde sin haberse producido siquiera un aterrizaje forzoso, algunos ya apuntan a la recesión, que recuerdo técnicamente es la caída del PIB en dos trimestres consecutivos.
Por otro lado, muestra cómo en la tabla comparativa con otros países emergentes, es superior a todos ellos. Curiosamente, se comprueba cómo por ejemplo aparece Vietnam en la tercera posición de esa lista, precisamente otro país cuyo desarrollo también ha sido espectacular en los últimos años y dónde aún hay margen para mayor crecimiento en la inversión en infraestructuras.
La transición a una economía más orientada al consumo se producirá y es cierto que no estará exenta de algunas complicaciones, pero es algo que se da por hecho atendido al desarrollo de la clase media. La tasa de ahorro está entre las más elevadas del mundo, pero es algo que cambiará paulatinamente y el gobierno tiene que manejarlo convenientemente pero tiene margen de maniobra para hacerlo. La contribución al PIB de la demanda interna se incrementará a medida que aumente la renta, se produzca la apreciación de la divisa y cambien los patrones de consumo. Consecuentemente, la inversión se reducirá paulatinamente, debido a que las grandes infraestructuras ya están realizadas o en proceso y muchas empresas no necesitarán niveles de apalancamiento tan altos.
Desconozco por supuesto cuáles serán los niveles de crecimiento en el futuro, pero descartaría que se produzca una recesión en el futuro cercano, al menos por el dinamismo que aún percibo en la economía asiática. Desde aquí invito a Ángel a realizar un viaje a China dónde estaré encantado de recibirle y explicarle en persona todos estos hechos con una demostración teórica y práctica en el terreno. Por supuesto, todos aquéllos interesados en el gigante asiático también sois más que bienvenidos para que tengáis una opinión formada de lo que aquí sucede.