A corto plazo no tendrá un efecto significativo en el crecimiento de la economía, ya que aún la mayor parte viene por la inversión y no el consumo, que representa únicamente el 36% del PIB, según datos del Banco Mundial, muy lejos del 60% en media a nivel mundial.
Seguiremos viendo en los próximos años una desaceleración suave en el PIB, por otro lado, ya anticipada, hasta situarse en un crecimiento entre el 5% y el 6% a medio plazo. Realizar este cambio de modelo económico no es sencillo, debido a que estimular el consumo tiene mayor dificultad que realizar inversiones o favorecer las exportaciones, como ha sucedido en las últimas décadas.